Han pasado 5 meses desde que me dejó mi novia.... y aún la amo. Demasiado, de hecho.
En algún momento, tuve la esperanza de regresar con ella si dejaba que pasara algún tiempo y se calmaban las cosas a su alrededor. Sin embargo, después de algún tiempo me dijo que si eso es lo que estaba pensando, en ese momento me borraría de su vida.
La practicidad del internet. Con un click puedes desaparecer de la vida de alguien.
Odio las distancias.
Sus palabras me aterrorizaron. No pude hacer nada más que pedirle que siguiéramos en contacto, como amigos. Como lo éramos antes de andar.
Y lo dije en serio.
La tristeza de no tenerla como mi pareja es superada solo por el terror de perderla por completo.
De no saber dónde está.
De no saber qué hace.
De no saber qué piensa.
De no volverla a ver.
En este momento, nuestra relación es meramente amistosa.
Sin embargo, mis sentimientos jamás cambiarán. Es la mujer que amo, punto. No importa qué haga, no importa qué suceda, eso nunca va a cambiar.
Es la mujer a la que le dediqué mi vida.
Por la que hice lo imposible por ir a ver cuando me lo pidió.
En cuyos brazos vi a los que pudieron ser nuestros hijos.
En cuyo regazo era feliz.
Cuya voz me hipnotizaba.
Cuyos ojos me hacían ver las estrellas.
La mujer por la que moriría, aún en este momento, de ser necesario.
En dos años me hizo la persona más feliz del mundo. Al punto de sentirme complacido, y agradecido, con la vida. Subí a las partes más altas del cielo, y después caí hasta el agujero más profundo del infierno.
Ahora no me queda más que amarla en secreto. Intentar hacerla feliz de la forma en la que ella lo necesite. Sentirme querido, de la forma que sea, por ella.
No se si lo que escribo tiene sentido, pues nunca he sido el mejor escritor de este planeta. Solo intento plasmar con palabras el vacío que siento dentro de mí, a sabiendas de que tal vez a nadie le importe.
KU